He decidido vender yo mismo mi vivienda… ¿y ahora qué?
Internet se ha convertido en un gran espacio en el que todo se puede vender y comprar. Por supuesto, también una vivienda. Con las herramientas y los portales de compraventa disponibles en red, todos estamos expuestos a sucumbir a la tentación de “hacerlo por nosotros mismos” o a dejar en manos de “un conocido” desde, por ejemplo, el diseño de la página web de nuestra empresa hasta la venta de nuestro coche o de nuestra vivienda… Una tentación que además se ve alimentada por las noticias que vemos cada mes en los medios de comunicación sobre el buen momento del mercado inmobiliario o las facilidades que estamos convenidos que brinda Internet. Y todo ello sin ser conscientes que en la mayoría de las ocasiones tomar esa decisión supone, en el caso de la venta de una vivienda, el dejar en manos de no profesionales buena parte del patrimonio que hemos conseguido tener tras muchos años de esfuerzo. Un riesgo excesivo que comienza tras escuchar al otro lado del teléfono: “Hola, le llamo por el anuncio de venta de una vivienda que he visto en Internet…”
Vender mi vivienda ¿Y ahora qué?
Poner a la venta una vivienda en Internet es relativamente sencillo. Pero ¿has analizado el mercado? Antes de poner precio a tu casa (que tanto te costó conseguir) es necesario comprobar si el precio por la que la vas a ofertar se ajusta a la realidad del mercado, o de lo contrario perderás tiempo y le tendrás que dedicar mucho esfuerzo en vano. ¿Has organizado tu agenda? Atender al teléfono, y más cuando estamos trabajando, de forma adecuada y con el interés que en este caso requiere, no es sencillo… Como tampoco lo es el concertar las visitas a las horas más convenientes tanto para ti como para el posible comprador. ¿Podrás tener tu casa “arreglada” para que cause la mejor impresión posible cuando sea visitada? Todos sabemos que la primera impresión es la que cuenta, y tener preparada tu casa para la venta, incluso con una decoración estudiada para la ocasión, es poco menos que obligatorio para que el posible comprador recuerde tu vivienda de forma positiva (tu casa será una más de las muchas que vea) y se haga una idea de si es realmente el inmueble que necesita. Y por cierto, no creas que con poner tu casa a la venta en Internet habrá una avalancha de gente al día siguiente esperando en tu puerta. Redactar el anuncio de venta, con una descripción que sea emocionalmente atractiva para inducir a que descuelguen el teléfono y nos llamen, no todos lo sabemos hacer.
Estas serían algunas de las primeras preguntas que seguramente pasen, o deberían haber pasado, por tu cabeza. Hay otras, pero las dejaremos para más adelante en el caso de que para entonces no hayas decidido poner la venta de tu casa en manos de un profesional…
Dejar en manos de no profesionales buena parte del patrimonio o vender tú mismo la vivienda, eso que tanto te ha costado ¿Te lo has planteado? ¿Y ahora qué? Clic para tuitear¡He concertado una visita!
¡Enhorabuena! Ahora párate de nuevo a pensar en otras cuestiones como por ejemplo: ¿A quién vas a abrir la puerta de tu casa? No es cuestión de ser desconfiado, pero… ¿será realmente un comprador? Seguramente, a lo largo de la conversación que puedas mantener con él cuando esté visitando tu casa saldrán temas como el tiempo que está buscando vivienda, sus necesidades y objetivos, en qué trabaja, por qué le interesaría comprar una vivienda como la tuya…
Es posible que incluso la visita sea agradable… Pero ahora viene la segunda parte de cada una de las visitas que consigas tener: hacer un resumen del resultado obtenido. ¿Le habrá gustado? Y si no le ha gustado ¿por qué habrá sido? Es una cuestión casi psicológica, pero vender algo a lo que tenemos tanto arraigo como puede ser una vivienda nos puede llevar a no ser ni objetivos ni neutrales. Y por otro lado, posiblemente tratar directamente con el dueño de la casa no será tampoco una situación muy cómoda para la otra parte, que, casi con toda seguridad, no haya sido sincero a la hora de valorar TU casa: ni en el caso de ser una valoración negativa, ni tampoco si es positiva por miedo a perder la posibilidad de entrar a negociar el precio.
Sigamos haciendo una valoración de la visita: ¿has podido detectar aquellas “señales” que indirectamente indican que se ha mostrado interesado? Es normal, nadie que no sea un profesional de la venta inmobiliaria puede hacerlo… y habremos perdido una oportunidad de dar un paso más en el proceso de venta.
¿Conoces, de verdad, al posible comprador?
Hay que recordar que estamos inmersos en un proceso de compraventa, no en una sesión de puertas abiertas en nuestra casa. Cuando hablamos de “conocer”, nos referimos a cuestiones como las siguientes: ¿Cuál es su capacidad de endeudamiento? ¿Necesita financiación? ¿Qué tipo de financiación le convendría: hipoteca fija, variable…? (un profesional del sector inmobiliario podría presentarle un pequeño estudio financiero que le oriente según el riesgo, y apoyar de esta manera el proceso de venta) ¿Tiene avalista? ¿Cuenta con la capacidad suficiente para afrontar los gastos de compraventa? ¿Los pagas tú o los paga él? ¿Tiene previsto vender su vivienda para afrontar la compra de la tuya? Si es así, ¿en qué términos ha cerrado el acuerdo? (esto puede afectar a la venta de tu casa).
Todas estas preguntas, cuyas respuestas es obligatorio conocer, resultan un poco áridas de realizar de particular a particular: demasiado concretas y personales… pero necesarias.
Y los temas legales….
Y llegamos al tema legal, ¿conoces la legislación que afecta a la compraventa de una vivienda? ¿Y la que afecta a cada una de las partes? Esta es una de las partes más complicada, dificultosa y arriesgada si no se tiene ciertos conocimientos jurídicos. Desde la propuesta de reserva, al contrato de compraventa o el contrato de arras… procesos que si no se hacen correctamente nos pueden llevar a incurrir en determinados delitos.
Y todo ello al margen de los pagos de impuestos, las posibles reclamaciones, contar con la documentación necesaria para llevar a cabo la venta: nota simple registral -que también puede solicitar el comprador- que demuestra que eres el propietario de esa vivienda y si está libre de cargas; los planos de la vivienda; los estatutos de la comunidad de propietarios; las escrituras; los datos registrales del inmueble (el catastro); el certificado de eficiencia energética…
Si has llegado hasta aquí, es posible que te hayas dado cuenta de que vender una casa por nuestra cuenta supone correr determinados riesgos. Y que apoyarse en un profesional del sector nos ofrece seguridad en todo el proceso de la compraventa: desde un estudio exhaustivo del mercado, pasando por apoyo en temas legales, el asesoramiento en materia financiera, hasta los necesarios conocimientos de negociación y promoción de la venta.
Si te han surgido dudas, en Ulloa Gestión Inmobiliaria estamos dispuestos a ayudarte a resolverlas. Ponte en contacto con nosotros, llamándonos por teléfono (948 593 967 / 636 393 236) o acercándote por nuestra oficina situada en el Polígono Tajonar, edificio La Estrella, Portal 2, Oficina 200. Te ofreceremos todo nuestro apoyo para acompañarte en el proceso de venta tu vivienda. Porque queremos y debemos estar cerca de ti.
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